… al principio de este nuevo año, sin haber hecho balance del anterior, si lo que acaba de ocurrir en París es fruto de un ataque fanático sin más. O si más bien responde a una orquestada y bien dirigida manipulación que usa los odios ancestrales entre religiones para echar la culpa a otros de los males que aquejan a los de abajo -como diría Mariano Azuela-. Con los de abajo me refiero a musulmanes y musulmanas empobrecidos en sus países que no tienen acceso a la educación y con ella a mejores oportunidades en la vida y se refugian en consignas que les prometen la felicidad, si no es esta vida, sí en la eterna. Recordemos las palabras de Amin Maalouf en este sentido en su libro Las identidades asesinas. Y también a miembros de cualquier religión que pierden derechos conquistados a medida que baja su capacidad de razonar y se dejan llevar por falacias que no son capaces de descubrir por falta, en mi opinión, de espíritu crítico.
… si los occidentales son conscientes de que están perdiendo el Norte y, sobre el Sur -enetendido como el origen de su cultura y sus tradiciones democráticas-, al creer que la libertad de expresión les da derecho a no respetar lo diferente. Si son conscientes de que son azuzados contra las minorías para que las hagan responsables de la mala situación económica por la que pasan, sin darse cuenta de que no son esas minorías quienes los han llevado a los recortes, la bajada de salarios o la subida de impuestos. Recordemos situaciones parecidas que desembocaron en guerras. ¿No será que hace mucho tiempo que en Europa no hay una y al PODER le conviene que la haya?
… si los creyentes en cualquier profeta o en cualquier otra cosa no se dan cuenta de que la educación laica es la base de todo. ¿Por qué, si no, es la primera que sufre recortes? ¿No es acaso la formación en el espíritu crítico al que aludía antes la que puede librar al ser humano del fanatismo, de ser manipulado por quienes quieren llevarlo y traerlo a merced del viento de sus intereses? ¿Por qué no luchamos contra quienes no ofrecen o contra quienes arrebatan la posibilidad de una educación equitativa y más justa al alcance de quienes tienen los medios para pagársela y de quienes no los tienen?
… si la indignación que sienten creyentes de un lado y del otro les obnubilará y hará que se dejen llevar por ella haciéndoles el juego a quienes sin duda han pensado que este sería el mejor momento para asestar este golpe en el corazón de una democracia occidental. Esas personas indignadas deben pararse y preguntarse a quiénes beneficiarían las revueltas: ¿no sería fácil recortar más derecho, ¡más!, y decretar un estado policial?
… si esto no se parece -salvando las ditancias – al 11S. ¿Para qué sirvió aquello? ¿Qué ha ocurrido desde entonces? ¿Dónde estamos ahora?
… si no habrá una hidra de siete poderosas cabezas -con representantes de todas las religiones, incluidos los adoradores del becerro de oro – que sea la que decida cuándo conviene que ocurra esto. ¿Es conspiranoico? Puede, pero para mí tiene más sentido cada día.
Yo también me pregunto, Concha. Las declaraciones del presidente francés (no queda ninguna duda de que…) me recuerdan mucho a aquello que pasó tras el atentado de Atocha: Acebes y Aznar mareando la perdiz en televisión para que la masa enceguecida por el dolor y la rabia les diera sus votos. De lo de los dirigentes de las religiones no estoy tan seguro; creo que los del becerro tienen mucho más poder. Pero sí creo que también están siendo utilizados para que crean que mantienen el control y les hagan los trabajos sucios a los otros.
Sobre la educación creo que no hay discusión (civilzada) que pueda durar más de treinta segundos… Mientras la gente no se dé cuenta de que la educación es la base de la mayoría de los males que aquejan a la Humanidad, mal vamos. Vuelvo a citar a Hitler, que era muchas cosas horribles pero también un tipo inteligente, dentro de su maldad: Qué suerte para los gobernantes que sus pueblos no piensen.
Un abrazo dolido.
Gracias, Txabi, por tus palabras, civilizadas y conscientes. Los dirigentes religiosos -y digo ‘los’ porque son hombres- les bailan el agua a los del becerro de oro, están con ellos y eso es así casi desde los orígenes. Y si no entran en esta generalización algunos de esos dirigentes, sí vale para los más influyentes. ¿Qué mundo les dejamos a tu hija, a tu hijo y a mis nietos?
Otro abrazo dolido e indignado
Que no interesa invertir en educación, para poder seguir manipulando desde la teocracia es obvio. Lo que, sin embargo, no se dice es que gente ‘culta’ europea, doctorada y “remasterizada” sigue las reglas del nuevo juego (aunque no tan nuevo). En el 29, cuando el crash, Hitler (para volver a citarlo) tardó dos años en empezar a marcar tendencia… Y cuando necesitó un enemigo, lo construyó a su medida y a la del pueblo, arruinado. Culpar a otros de hundir un país (léase en su día judíos alemanes, hoy musulmanes, migrantes, refugiados) es un atajo regalado a los adoradores del becerro de oro, quienes son en realidad quienes ostentan el poder… ya que , como repitió hace poco Ángel Gabilondo, el poder no siempre lo ostenta quien gobierna…
Es cierto que el islamismo es uno de los grandes males del momento. Es cierto, también, que derrocar a Sadam Hussein (el demonio) llevó a la radicalización e islamización de esa zona del mundo y sus terribles consecuencias, aun mucho más para las mujeres.
Pero lo que realmente me desconcierta es que personas instruidas, occidentales, universitarias, de clase media alta, supuestamente leídas, acaten esa división maquiavélica del mundo. Estamos rodando una de indios y vaqueros en la que seguimos siendo los buenos, por mucho que hayamos robado libertades ajenas. A los asesinos del Califato del Estado Islámico, habría que colgarles de dónde más les doliera, pero a los cómplices silenciosos que cierran los ojos sobre sus propios errores, en nombre de una -cada vez más mermada- democracia occidental, quizás hubiera que preguntarles, simplemente: Y tú, ¿qué hiciste?
Gracias también, Martina. Curiosamente sois dos personas -Txabi y tú- con las que hablo mucho de estos temas. Y estoy de acuerdo contigo en que las reacciones ante el triste hecho de París han sido muy sorprendentes por el poco espíritu crítico que las han acompañado en muchos casos. ¿Cómo es posible que no se vea la manipulación de todo esto?
Toda población marginal es fuente de conflicto, crea en lo que crea. Esto al margen del fanatismo del fanatismo al que pueden llegar algunos creyentes.
En fin, no puedo decir para terminar “el debate está abierto” porque no me parece que haya debate.