Un momento de calma para asimilar todo lo vivido y visto. La primera sensación es que tengo que volver porque me dejo mucho en el tintero. La segunda es la calidez con que me han recibido tanto en San Petesburgo como en Moscú. Las salas donde he dado los cursos estaban abarrotadas, ¡qué interés!, ¡qué respeto por mi trabajo! Si no soy millonaria en dinero, puedo decir que sí lo soy en ese respeto, en ese afecto que percibo. La forma de agradecerme haber venido hasta aquí son sus aplausos, pero también las palabras dichas en privado con lágrimas en los ojos, un pequeño detalle para que me lleve conmigo.(El día de mi cumpleaños colgué un ‘gracias a la vida’, pues hoy lo repito).
El profesorado ruso sabe mucha gramática, pero mucha mucha, sin embargo está dispuesto a escuchar, a tomar nota de lo que dice otra persona. Contrastan sus conocimientos previos ccon otros puntos de vista. Juntos hemos revisado la teoría para pasarla por el filtro de lo pedagógico, hemos puesto en común dudas, contradicciones, reglas… Y creo que el resultado ha sido satisfactorio. Poco a poco iré comentando algunas de esas dudas surgidas en nuestros debates.
Buen y difícil resumen.
¿Por qué difícil, Ángel? Gracias por leerme 🙂