Lo que nos dice la lengua sobre el eslogan del 8 de marzo de 2020

No puedo resistirme a comentar lingüísticamente el eslogan oficial del 8 de marzo 2020: “Sola y borracha, quiero llegar a casa”.
La oración principal es “quiero llegar a casa”. Nos han enseñado en las clases de lengua que el mensaje principal está, como dice su nombre, en la oración principal. Es decir que, y me parece ridículo tener que aclararlo, lo que deseamos las mujeres es volver a casa sin que ninguna manada, ningún violador, sin que ningún machista nos lo impida.
El sintagma subordinado -“sola y borracha”- indica algo secundario, también como su nombre indica. Es decir que, AUNQUE camine sola,AUNQUE me haya tomado unas copas, AUNQUE no responda a la imagen de “chica buena”, “quiero llegar a casa”. Una oración concesiva en subjuntivo que transmite la idea de que el obstáculo es lo de menos. Lo que predica (en sentido gramatical) esta oración es la libertad de una mujer,sujeto de su vida, no objeto de las acciones de otros. Y las circunstancias son secundarias. Eso aprendemos en las clases de lengua. Por lo tanto, ¿por qué se rasgan las vestiduras quienes no saben analizar el mensaje en su sentido más profundo? ¿Es que solo lo evidente nos llega? Por cierto, haber bebido es o ha sido una eximente en algunos delitos.
En conclusión: este eslogan viene a decir que cualquier mujer, en cualquier circunstancia, QUIERE llegar a su casa. Y que quienes no lo entiendan así, deberán analizar sus creencias sobre qué mujeres tienen derecho a llegar a su casa y cuáles, no.

Si esto que soñaba Forges se hubiera cumplido, esta explicación que estáis leyendo no sería necesaria.

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