Ya llevamos 10 días de 2013 y todavía no he hecho un balance de 2012. Diciembre fue un mes muy movido, con “bonenkais” y la visita de mi hijo y mi nieto mayor.
2012 ha sido -y uso el perfecto compuesto a conciencia- un año muy especial para mí. Sus efectos llegan hasta hoy. Y es que ha sido el año de mi traslado a Japón, invitada por un año para enseñar español en la Tokyo University of Fofeign Studies (TUFS). Esto ha supuesto una vuelta a mis orígenes, a aquellos años estupendos en los que empecé a aprender al mismo tiempo que enseñaba. El contacto con los principiantes me ha rejuvenecido, me ha hecho sacar viejos trucos de la chistera, trucos que creía apolillados y que funcionan, quizá porque los uso con entusiasmo, pensando en hacer sentir bien a quienes se acercan por primera vez al español. Me ha rejuvenecido porque los tiempos son otros y las herramientas han evolucionado, pero se mantienen algunos principios, no solo inalterables, sino reforzados por esta experiencia.
Al tiempo que doy clases de español, sigo tutorizando tres asignaturas a distancia: una en el Experto y dos en el Máster de EL2 de la UNED. Precisamente, un alumno del máster de la UNED me ha hecho un regalo maravilloso cuando pedí que acompañaran el último trabajo de la asignatura de “Recursos para la enseñanza del español” con una valoración personal y es esto que él llamó Decálogos de lo aprendido. Me emocioné al leerlos.
No puedo dejar de copiarlos aquí porque son un resumen maravilloso de aquello en lo que creo y de lo que trato de transmitir. Gracias, Ángel, por este regalo.
Aprecio que el progreso está en mi mentalidad, en el talante con el que ahora “me visualizo” delante de los alumnos. Tengo apuntado desde el mes de septiembre el primer consejo que nos diste: “Conocer al alumnado y sus preferencias en materia de aprendizaje. Empezar por ahí para no transmitir inseguridad y luego ir presentando otras formas hasta llegar a lo que uno quiere”.
A partir de ahí, y con toda la información recibida en el trimestre, he ido elaborando mis dos propios decálogos:
“Decálogo humano”
1.- Motivar a la clase, despertar el interés y la curiosidad.
2.- No caer en la inercia.
3.- Dosificar la dificultad. (Graduar el input)
4.- Ir de las actividades más simples a las más complejas.
5.- Implicar al equipo. (A todo el grupo)
6.- Minimizar los fallos y elogiar los aciertos.
7.- Ceñirse al nivel del grupo.
8.- Fomentar la vía lúdica del aprendizaje.
9.- Evitar desequilibrios entre los alumnos.
10.- Entender que el principiante no tiene que entenderlo todo.
“Decálogo profesional”
1.- Siempre tener la clase planificada de antemano.
2.- Utilizar las reglas gramaticales en contextos y sin que sean un fin en sí mismas.
3.- Orientar el proceso.
4.- Al final de la clase dar un tiempo para la reflexión ¿Qué he aprendido?
5.- Relacionar contenidos nuevos con los que se conocen.
6.- Cuando se planteen objetivos deben trabajarse esos objetivos.
7.- Evitar caer en la rutina y mantener la ilusión por cada clase.
8.- Objetivo de cada día: que recuerden lo visto en la clase anterior y aprendan algo nuevo de forma divertida.
9.- Saber relacionar el aprendizaje de la clase con el mundo exterior.
10.- Tener espíritu crítico hacia nosotros mismos y los manuales.
A partir de ahí, he aprendido a manejar los procesos de secuenciación, a buscar el qué, el para qué y el cómo. Teniendo claro que partiendo de esa base, es eso y no otra cosa lo que debo desarrollar en clase, apoyándome en el mundo que nos rodea.
¿NO ES PARA SENTIRSE EMOCIONADA?
En 2012 también se ha producido otro hecho muy alegre para mí y es la publicación de un manual de español para alumnado japonés, realizado con compañeros y amigos muy queridos. Era un proyecto de hace tiempo, pero lo materializó la editorial japonesa Asahi. Se llama “El español y yo”.
Y he cerrado el año con la visita de mi hijo y mi nieto mayor, broche de oro del que hablaré en otra entrada.
Gracias 2012, bienvenido 2013.
Un balance precioso. Y sí, sin duda las palabras de Ángel son para sentirse emocionada. Me ha encantado leerlas, leer toda esta publicación y saber que tu balance del 2012 es tan positivo. Espero que año tras año, sumes balances tan motivadores como éste. Un abrazo.
Sin duda emocionantes las palabras de Ángel. Muy bien resumido lo que tiene que ser un profesor. Me encanta la número 10 del decálogo profesional, pues creo que es muy necesario y a la vez muy dificil ser crítico con uno mismo. Enhorabuena por el balance tan positivo.
Gracias a las dos. Decía mi abuela que no es bien nacida quien no es agradecida y yo tengo tantos motivos para dar gracias constantemente…
Qué bonito. Con tu permiso, voy a difundir los decálogos en mi web.
Muchas gracias 🙂
Me aleegro de que te gusten.