Cortesía, eficacia y sonrisas

Buenas tardes.

Hoy os escribo desde el campus de TUFS. He tenido que trasladarme aquí porque la universidad va a hacer reformas en la casa donde vivo, en Kichijoji. Para hacer esas reformas había que vaciar la casa y meterlo todo en cajas, etiquetarlo detallando si quería que me lo trajeran a este apartamento, lo llevaran a un guardamuebles o lo tirasen.
Una vez más tengo que ponderar la forma en que se ha producido todo. Hace un mes vinieron a casa, previa cita a la que acudieron puntualmente, un representante de la universidad y unos representantes de la empresa de transportes. Miraron, calcularon preguntaron… Y me entregaron cajas de cartón de diferente tamaño, incluidas unas especiales para la ropa, telas para envolver los futones y los edredones, papel de burbujas, plástico para envolver cosas delicadas ya cortado, cinta de embalar y rotulador.
Además me entregaron etiquetas de tres colores: verdes si la cosa era para llevar a la nueva residencia, moradas si eran para el guardamuebles y azules para lo que quisiera tirar.

Simbolo de la compañía de transportes

Simbolo de la compañía de transportes

Me preguntaron qué día quería hacer el traslado dentro de los 8 primeros días de julio. Yo elegí el viernes 5 y allí se presentaron a las 9:00 en punto el mismo representate de la universidad y tres empleados de Kuroneko, la compañía de transportes. Empezaron por las cajas  para traer al campus, una vez guardadas, repasaron varias veces para comprobar que todo estaba en orden, completaron algunas etiquetas que se me habían olvidado y todo eso con una sonrisa y en un poco más de media hora.
Me preguntaron si yo podría estar en la residencia a las 11:00. Dije que sí. Aquí estaba yo a las 10:50 y ellos llegaron a las 11:00 en punto. Lo descargaron todo, me preguntaron si todo estaba bien. Y se fueron sudando a mares pero sonriendo.

Aparte del trabajo de meter en cajas al que me ayudo una amiga japonesa -dicho sea de paso-, este traslado me ha servido para comprobar una vez más que la cortesía y el buen hacer son elementos que ayudan a hacer la vida más fácil. Yo vivo rodeada de ambas cosas, además de la amistad.

¿Que si hay cosas que no me gustan? Claro, pero son las mismas o casi que existen en cualquier gran ciudad. Lo que me interesa es señalar lo que, en mi opinión, escasea en otras partes, y no quiero señalar.

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4 comentarios en «Cortesía, eficacia y sonrisas»

  1. Martina Tuts

    Volvemos, sin duda al tema de la cortesía que, quizás, simplemente habría que definir como “esa cosa que hace la vida más fácil”. Probablemente estos trabajadores que te han hecho la mudanza tengan sus propios problemas e insatisfacciones laborales pero carecen de lo que aquí en España nos sobra: la mala leche. Y, además, contagiosa. En estos momentos de dificultades económicas, predomina. Y la atención al cliente es nula… ¿justificada? por los bajos salarios. Así no vamos a ninguna parte. Y todo, todo se nos hace no sólo difícil, sino MUY desagradable.

  2. Concha Moreno García

    De acuerdo contigo, Martina. Aquí los salarios tampoco son TAN altos teniendo en cuenta que la vida es muy cara. Lo que ocurre es que atender al cliente es algo que se hace al margen de lo que a un@ le pase. Y, además, ni se dan ni se aceptan propinas.
    En fin, que voy a echar de menos esta manera de relación. Y más con lo que cuentas.
    Gracias por tu comentario.

  3. luis

    Amabilidad, eficacia, discreción, profesionalidad…Imagina la sorpresa de los japoneses cuando constan que esas cualidades no son globales…
    Me alegro de que esté disfrutando de ellas. espero poder hacerlo en el futuro. sana envidia…

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