Durante años este día me producía una emoción especial. Pensaba que si había llegado hasta este momento y cruzaba la frontera hacia el año siguiente significaba que tenía otra oportunidad. En el fondo y a pesar de que llueven malas noticias sobre crisis de todo tipo, sigo pensando lo mismo. Cuando me he levantado, lo que veía desde mi mesa de trabajo era esto, algo inquietante, que yo he interpretado como lo que dejaba atrás.
Dentro de un rato, cuando termine de escribir esto, seguro que lo que veré será un cielo más despejado. Eso será simbólico de lo que espero para 2011. Pero no lo voy a fotografíar.
Pero me he sentado a pensar en las oportunidades que me ha brindado este año. Han sido varias y me voy a centrar en el enriquecimiento aportado por los viajes.
Descubrir países
Este año he podido ir a Albania, un país que está ahí al lado, sin embargo, me sonó a exótico cuando me invitaron a dar un curso de formación para el departamento de español en la Universidad de Tirana. El intercambio de ideas, de formas de concebir la enseñanza, de personalidades y vidas generosamente compartidas, me encantó. No tuve mucho tiempo, pero pasée mucho por la ciudad y hablé un poquito con mis colegas.
Aquí hay recuerdos de esos momentos
También ha sido el año de mi primer viaje a Japón. Con ese viaje inauguré este blog. Solo quiero dejar aquí un recuerdo de momentos especiales. Los talleres, el Congreso de Hispanistas y muchos momentos para comer, cenar, pasear, compartir. Gracias una vez más.
Reencuentros
2010 me permitió volver a Marrakech (IC) para hablar de español para el turismo. Y dentro de Marruecos, descubrí Fez (IC), donde me invitaron a hablar de las relaciones entre gramática y pragmática.
Hay un recuerdo especial para el reencuentro en Salamanca con motivo del Congreso de ASELE. Coincidimos “viejas” amigas y lo pasamos en grande.
Y me encantó reencontrar y compartir la sonrisa de Mar cuando coincidimos en la UIMP.
Y a pocas horas de cerrar este año, no puedo quejarme. ha habido cosas menos buenas, pero, sobre todo, me quedo con todo lo bueno, que no ha sido poco.
Adiós 2010 y gracias.